Tal como están las cosas esperar a corto plazo salir de esta crisis ó que el paro empiece ha desminuir, es como meter una alpargata en una jaula y esperar que cante.
Por mucho que la cuidemos, por mucho alpiste y agua que le pongamos, desesperaremos en el intento.
Cuando el carro ha volcado todos te indican por donde debieras haber pasado o lo que es peor: Todos opinan y critican y ponen a tela de juicio los motivos y causa que han provocado tal desastre “El volcado del carro”
Se saben las causas y quien y de donde proceden: Una burbuja de capital o dinero con garantías fantasma que los bancos movían enriqueciendo a unos cuantos. Hasta que reventó ó afloro como lo hacen los cadáveres en medio de un lago. También tenemos entendido que es de ámbito mundial y que empezó fuera de Europa, pero ya se sabe “cuando nuestro hermano mayor tose, nosotros nos resfriamos”…
Las repercusiones son: Las que en este país estamos sufriendo, lo que no se sabe es su duración, y lo que preocupa es ¡Cuando saldremos de este estado! ¡Cuándo se reactivará la economía el empleo y volverán las aguas a su cauce!
…Dicen algunos economistas de elite, que jamás volverán ha ser las cosas como antes.
Que habrá un “Antes y un después” a esta revulsiva crisis.
No sé lo que hay de cierto en todo ello, pero la verdad es que me temo que estén en lo cierto.
El gobierno actual esta intentando por todos los medios reactivar la industria el empleo y el capital. Sabiamente, como objetivo primordial para salir de esta crisis.
En los medios de comunicación Hay debates de todo tipo donde se oyen opiniones consejos y acusaciones.
¡Que si la competividad! Que si hay que trabajar más y cobrar menos etc. Etc.
Será que quien menciona estas estupideces vive de rentas, de bonos ó de trabajos administrativos e ingresos que no proceden del sudor de su frente… Porqué de lo contrario estarían enterados de que, el currante de turno, hoy en día y así como están las cosas… Se pega un hartón de horas laborales y de trabajar por una mísera paga. La cual no está equilibrada ni mucho menos al mercado de consumo y a los gastos básicos familiares.
…Y no rechistes o exijas a la empresa porque tendrás por respuesta que hay en la cola deseando ese trabajo cuatrocientas personas más.
El problema de la situación actual no es nacional aunque suframos sus repercusiones. Si a nuestro país le cuesta arrancar más que a otros de la unión europea es debido a rémoras que debemos soportar y que pesan más que las que otros soportan.
El problema como andaba diciendo: viene constatado por un mercado saturado en cuanto a producto y oferta de servicios y unos potenciales compradores empobrecidos sin posibilidades de absorber tanta producción, en un mundo cada vez más pequeño comercialmente hablando. Donde confluye un mercado agresivo y competitivo con la incorporación de continentes como puede ser el asiático de competividad difícil de igualar, pues los costes laborales que soportan se asientan en condiciones laborales y derechos del trabajador e impuestos que soportan las empresas, que nada tiene que ver con los europeos.
Y como todos sabemos dichos costes inciden directamente en el precio final del producto.
Por lo tanto no toda la culpabilidad puede otorgarse a nuestro sistema laboral y la capacidad de productividad nuestra, si no a la de otros, con mentalidades y sistemas inadmisibles y obsoletos en nuestros países.
Siguiendo con los debates y las tertulias no hace mucho escuché a no se quien que exponía verdades como templos y la realidad laboral Española y como incentivar el empleo y animar a crear empresas.
Las verdades que expuso, las cuales yo suscribo e incremento, más o menos venían ha denunciar lo siguiente:
Para fomentar el empleo. Para que las empresas se animen a coger personal a expandir incrementar productividad a parte de los incentivos que el estado otorga que a la larga no dejan ser “Chocolate del Loro” ni el espejismo de abaratar el despido como la panacea a la solución del paro, dándola como la causa y culpable a tal situación. debería el ministerio de trabajo fijarse y poner mas atención en otras causas y parámetros que es la pura realidad y desasosiego de la PIMES. Y
No es lógico que un empleado que a la empresa le suponga un coste total de 1500 € el trabajador se lleve para su casa 800€.
Tampoco lo es que para tener empleados cualquier empresario deba acudir a un gestor, con los consabidos gastos que su pone. Ya que de burocrático y complicado. Es imposible gestionarlo uno mismo dicho papeleo.
Es insultante que la empresa (sea del tamaño que sea) al tener cualquier trabajador contratado, deba responder y ser garante de sus retenciones, seguridad social etc. como si fueras tutor, un hacendado aval.
Tampoco es agradable el trato que recibe cualquier empresario, ni la consideraciones hacia él por parte de las estituciones estatales, por el simple hecho de ser un generador de empleo, Ausentes a los problemas que pueda atravesar cualquier empresa, a la primera de cambio recibirás cartas, que no son precisamente de Amor.
Cartas…Normalmente de intimidación y amenazas de embargo ó intereses por demora… Que ni soñando se pueden aplicar a los clientes morosos.
Aún menos lógico es: que la recaudación de impuestos este basada primordialmente en el trabajador y empresa como únicos generadores de riqueza declarados y a mano de hacienda…
¡Es como aquel patito, que en la feria recibe los "perdigonazos" por estár a la vista mientras sus hermanos están ocultos en la rueda giratoria!
Por otro lado el INEM debería vigilar la picaresca y trayectoria tanto de trabajadores como empresarios…
Por ejemplo: Controlar de estos últimos aquellos que consiguen mano de obra barata a base de cubrir plantilla con un desfile de trabajadores en periodo de prueba en su empresa.
Concluyendo, la reactivación económica de este país, no es solo cuestión del abaratamiento del despido si no de muchas otras complejas causas que naturalmente con: algo de lógica y con observación son claramente entendibles…
Se trata de que: Unos pocos, los que trabajan y generan riqueza. No paguen los platos a unos muchos…
Los que viven del cuento y de la especulación.
Manuel Maura
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